La Inspección de Trabajo sólo ha podido actuar en 44 de los 436 casos denunciados en el año 2015.
Las denuncias por acoso laboral se han disparado un 60% en lo que llevamos de año, según datos de la Inspección de Trabajo de Cataluña. La entidad registró el año pasado 275 casos de empleados que consideraban que se había vulnerado su derecho a la intimidad y a la dignidad. En lo que va del año, los denunciantes ya ascienden a 439, seis veces más que hace dos años.
La crisis económica ha enrarecido el ambiente en muchos centros de trabajo, afirman sindicatos y asociaciones. La tensión creciente ante un posible despido sacó lo peor de algunos y empujó a otros a aguantar y callar. Pero desde 2013, la cifra de empleados que se quitan la mordaza crece. Como Ernesto Tejeda, un repartidor de un franquiciado de una multinacional de paquetería que ha denunciado a la empresa por intentar “asfixiarlo” quitándole faena para que renuncie.
El presidente de la Asociación de Víctimas de Acoso Laboral de Cataluña, Joaquim Vilar, afirma que la situación más común de quienes tocan su puerta es aquella en la que se busca la renuncia del trabajador. “El acosador siempre tiene un fin: la baja o someter a alguien. Y con la crisis, hay muchos casos que a veces no constituyen acoso tal y como lo entiende la jurisdicción, que es injusta. Pero sí, situaciones de hostigamiento”, asegura.
El aumento de las denuncias por acoso, apunta a una mayor sensibilización sobre el problema.
Desgraciadamente, la gente suele denunciar cuando ya está fuera de la empresa o cuando la situación ya es insostenible.