Este fortalecimiento, no sólo garantiza la españolidad de Telefónica, sino que, en opinión de UGT, debe eliminar las incertidumbres existentes sobre la posible venta de activos de valor de Telefónica hacia terceros actores, como ha sucedido, recientemente con la venta de la red fija de Telecom Italia a un fondo de inversión.
En consecuencia, UGT valora positivamente este movimiento, pues entiende que debe repercutir en una mejora de las condiciones laborales y sociales de las trabajadoras y trabajadores de Telefónica.
Además, esto debería posibilitar la aceptación de nuestros postulados y mejoras por parte de la dirección, permitiendo así la firma del III CEV que está en estos momentos en negociación, aportando de este modo garantías, estabilidad y el blindaje de derechos de la plantilla reclamados desde nuestra organización.
Con relación al ERE, creemos que el proceso abierto por Telefónica no se verá afectado por la decisión del ejecutivo, en tanto en cuanto estamos seguros de la posibilidad de llegar a un acuerdo para que la desvinculación de los compañeros y compañeras sea mayoritariamente voluntaria y con unas rentas que, en cualquier caso, garanticen el mantenimiento de su poder adquisitivo, lo que sumado a nuestra petición de un compromiso de contratación de talento joven, permitirá que la repercusión para la economía del país sea positiva a la vez que se apuesta por la continuidad del negocio y la creación de empleo.
Solicitamos, igualmente, que esta inversión del estado se vea acompañada de un cambio regulatorio que promueva la competencia en infraestructuras y empleo.
La innovación tecnológica, la creación de valor añadido y el empleo de calidad deben ser el eje de crecimiento del sector de telecomunicaciones nacional y europeo.
Una evolución necesaria para descartar la senda de destrucción de puestos de trabajo que ha caracterizado el devenir de las operadoras en los últimos años.